miércoles, 15 de julio de 2015

Tutorial: cómo hacer tinte al agua casero

Siempre me ha gustado pintar y decorar la madera. Una de mis "manías": las cajas, de todo tipo y tamaño. El otro día compré en una tienda de bricolaje estas cajitas (o cajones para ordenar, no sé cómo llamarlas). Son baratas, y de madera de pino crudo (o sea, sin tratar). Estoy segura de que todas tenéis alguna parecida o las habéis visto por los blogs de decoración. Son perfectas para guardar mis tarros de pintura, por ejemplo. Y apilables. Y ofrecen muchas posibilidades de decoración.


El color que véis en la foto no es el original. El original es mucho más clarito, es éste (espero que se aprecie, porque la fotografía no es mi fuerte), y la cámara es la del móvil.


Para cambiar el color tenéis varias opciones: tintes al agua, tintes al alcohol, que venden directamente hechos en las tiendas de bricolaje y manualidades, ceras teñidas....
Lo que yo he hecho es un tinte al agua casero. ¿Porqué al agua? Primero, es más fácil de limpiar. Segundo, como todo buen restaurador os dirá (criterios científicos de restauración, no aficionados) todo tratamiento que se aplique, especialmente a una buena pieza antigua, debe ser reversible. 
¿Y qué significa que debe ser reversible? Pues que tiene que poder quitarse con facilidad cuando haga falta para poder limpiar, cambiar el barniz, restaurar, etc.
Como ésto es una caja de pino normalita, no hace falta ser tan estrictos, al contrario, es un buen soporte para experimentar técnicas de pintura, de tinte, de veladuras, y de lo que os apetezca.
Así que vamos a experimentar. Tinte al agua casero, muy fácil de conseguir: CAFÉ DILUIDO EN AGUA. El de casa de toda la vida.  Si lo queréis más oscuro, le daís más manos. El té también sirve, queda un poco más dorado con el té negro, o más rojizo con el té rojo.
¿Queréis manchas para que parezca más antiguo? Pues lo aplicamos con un trapo o una esponja, por zonas, insistiendo más en unos sitios que en otros. 
Como se aprecia en la foto, el color es un bonito tono castaño (no tan marrón como la nogalina, por ejemplo). Lo he aplicado con brocha siguiendo la veta de la madera (o sea, las líneas horizontales). Cuando seca, queda mate y con el tono que veis en la primera foto.

Inconveniente de los tintes al agua:  si cae agua encima queda mancha. Por ese motivo, no se puede dejar el mueble o caja sin dar un acabado encima, que puede ser barniz (al estar la madera sin tratar, el barniz que prefieras. O una capa de cera natural . A mi me gusta más la cera, por el brillo satinado que da y porque es más fácil de quitar y porque permite dar acabados muy bonitos cuando tiene color, pero todo depende de para qué vayas a usar la pieza; si es para exterior o mucho trote, lo mejor es el barniz sintético. 

Espero que os resulte útil este consejo, y que si tenéis dudas me consultéis. 


6 comentarios:

  1. Un entrada muy interesante...no he probado el tinte al agua casero, pero lo intentare...yo lo hago con vinagre y lana de acero
    un abrazo

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    1. ¿Vinagre? No lo he probado nunca, qué curioso. El vinagre es corrosivo, yo lo uso para oxidar metales (al parecer, tenemos un montón de truquitos caseros para todo, ja, ja). Gracias

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  2. Nunca he utilizado para envejecer ni el café ni el té, pero es una posibilidad que me apunto.
    Gracias por toda la explicación, viene muy bien.
    Saludos

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    1. Gracias por el comentario. Yo uso el café también para envejecer una lámina de papel, por ejemplo (en los bordes sobre todo), y para las telas mejor el té, tiñe muy bien. Un besin

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  3. Todo método que sea natural y reversible me gusta y lo potencio. Queda un color muy bonito.
    Besitos.

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  4. Interesante tu propuesta para tener en cuenta sin duda, besos

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